Autor: Equipo de Estrategos
En el imaginario colectivo, cuando se pronuncia la palabra “lobbies”, viene a la mente un grupo de personas con intereses contrarios al interés general y que pretenden presionar a los decisores para su beneficio propio.
Sin embargo, quien conoce la actividad normal de los lobbies o grupos de interés, sabe que la realidad es bien distinta. Los grupos de interés pueden tener multitud de formas y apariencias. Bien es cierto que existen grupos de interés creados o al servicio de las grandes compañías nacionales e internacionales, pero también existen grupos de interés que velan por los derechos de menores o la defensa del Medio Ambiente. Todo interés pueda estar legítimamente representado en las instituciones a través de un grupo de interés.
«Existe desconfianza entorno a la palabra lobby pero es consecuencia del desconocimiento»
El principal problema hasta el momento, la desconfianza, venía del desconocimiento existente ante las reuniones mantenidas entre los decisores políticos y los grupos de interés. Sin embargo, el aumento de la preocupación ciudadana en políticas de transparencia, el aumento de la fiscalización de los decisores públicos y las exigencias de rendición de cuentas están suponiendo un avance en cuanto se refiere a arrojar luz sobre los grupos de presión.
La Ley de Transparencia y Buen Gobierno aprobada la pasada legislatura dejó pasar una excelente oportunidad para regular los registros de grupos de intereses en las instituciones más significativas de nuestro país. Las exigencias de transparencia que una parte importante de la población demandaban no tenían tanto que ver con los datos que manejaba un Ministerio o una institución determinada, sino con saber con quién se reunían antes de tomar las decisiones.
Registro de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia
Ahora, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha puesto en marcha un registro de grupos de interés, del que hablamos hace unas semanas en el artículo que llamamos ‘Empezar la casa por el tejado’, con los que se relaciona. Esta iniciativa pretende ser la vanguardia de los registros nacionales, que pese a no estar regulados por una normativa de carácter nacional, su desarrollo está quedando vinculado a la voluntad de las instituciones u organismos que poseen suficiente autonomía normativa como para desarrollar uno propio.
El registro de grupos de interés de la CNMC contiene ya 308 agentes registrados. La ficha de cada grupo de interés contiene una información detallada, aunque quizá insuficiente, sobre cada uno de ellos. Entre la información a la que podemos tener acceso encontramos una breve descripción de la actividad de la empresa, datos identificativos de la empresa, datos identificativos (nombre, apellidos y cargo) de la persona legalmente responsable de la misma, así como los datos identificativos y cargo de la persona de contacto. También se especifica una serie de actividades que tiene como objetivo el grupo de interés. Una información que puede ser mejorable, por ejemplo, señalando el número de reuniones que se han mantenido, con qué cargo, su fecha y el motivo, es mucho mejor que la opacidad total existente hasta el momento.
Para formar parte del registro de grupos de interés de la CNMC los mismos deben aceptar un Decálogo Ético sobre la conducta a seguir como grupo de interés ante la CNMC. Un decálogo de buena praxis que podría compartir cualquier otra institución para sentar las bases de una regulación de grupos de interés básica.
Si bien, ante el incumplimiento de este decálogo, no existe tácitamente, ningún tipo de sanción. No aparece mención alguna a éstas ya sea en el mismo decálogo o en la Resolución sobre la buena praxis en las relaciones de la CNMC con agentes externos.
Pese a las posibles deficiencias que puedan existir en este registro, cabe alabar la buena voluntad de la CNMC a la hora de iniciar la andadura en lo que a transparencia con los grupos de interés se refiere. Otras instituciones, como el Parlament de Cataluña han iniciado la creación de estos registros. Otras como la Asamblea de Madrid están pensando desarrollarlo próximamente. Sin embargo, todavía existe una gran parte de las instituciones, véase el Congreso de los Diputados o los ministerios, que no tienen pensado desarrollar este tipo de registros pese a que la opinión pública, así como los profesionales del sector de los grupos de interés, lo solicitan.
Una mayor transparencia en las relaciones de las instituciones con los grupos de interés no sólo beneficiará a los representantes y a los decisores, sino también a los ciudadanos al poder comprobar qué influencia han podido tener este tipo de organizaciones en el proceso de toma de decisiones y poder exigir una rendición de cuentas de los decisores políticos. Toda información de la que dispongan los ciudadanos para controlar a sus representantes es poca, por ello, desde Estrategos, apoyamos este tipo de iniciativas.