En Estrategos te damos todas las claves para que conozcas de primera mano cómo se aprueban los Presupuestos Generales del Estado. Lo primero de todo es entender que los Presupuestos son el corazón de la política de un Gobierno, parte de su seña de identidad y, además, la que le concede estabilidad. Si no logra aprobarlos, en clave política, se enfrenta a gobernar con las cuentas aprobadas en el año anterior y a una imagen de debilidad no deseada. Por eso, para cada Gobierno es fundamental aprobar sus propias cuentas. El proceso no es sencillo, los Presupuestos pasan por las diversas cámaras (Congreso y Senado) antes de ser publicados en el BOE y entrar en vigor.
Los plazos
Para empezar, la ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) debería estar aprobada en el trimestre del año anterior a su entrada en vigor, el 1 de enero. De no ser así, el Ejecutivo se vería obligado a prorrogar los del año anterior hasta que consiga aprobar las cuentas. Es decir, la Constitución marca que el Gobierno presente su proyecto de Presupuestos al menos tres meses antes de la expiración de los del año anterior, como tarde, el 1 de octubre en el Congreso. No siempre ocurre. Por ejemplo, en 2018 las cuentas se aprobaron en mayo.
Inicios del itinerario para su aprobación
El proceso de tramitación parlamentaria arranca cuando la ministra de Hacienda presenta las cuentas en un acto en el Congreso de los Diputados. Los PGE cuentan con prioridad absoluta respecto a cualquier iniciativa que se esté tramitando. La primera fase es la de comparecencias. Es el órgano de gobierno del Congreso quien abre un plazo para que los grupos soliciten comparecencias de altos cargos del Gobierno y organismos públicos con el fin de que expliquen las cuentas de los distintos departamentos. Tras este desfile de comparecencias por las distintas comisiones, los grupos deberán decidir si presentan o no enmienda a la totalidad para pedir la devolución del proyecto.
El debate de totalidad
En ese debate de totalidad, primer examen de los Presupuestos en el Congreso, la titular de Hacienda deberá defender su proyecto ante el Pleno de la Cámara y, tras el debate, las enmiendas de totalidad se votarán a la vez, ya que todas piden lo mismo: tumbar las nuevas cuentas y devolverlas al Gobierno. Si se aprueba alguna de esas enmiendas, el proyecto de Presupuestos se devuelve al Gobierno que tiene la posibilidad de prorrogar los anteriores o presentar otros. La última posibilidad, más en clave política, sería abrir la posibilidad de convocatoria de elecciones generales.
Si superan el examen de totalidad, el proyecto pasará a la Comisión de Presupuestos, comenzando con el informe de la Ponencia, donde los ponentes (elegidos entre los miembros de la comisión) deciden a puerta cerrada que enmiendas al articulado se incorporan. Una vez acabada esta fase las enmiendas se debaten y votan en el seno de la comisión dando lugar al Dictamen de la Comisión.
Congreso y Senado
Será este documento el que se envíe de nuevo al Pleno del Congreso para su debate y aprobación. En este caso, los grupos pelearán por las enmiendas que deseen mantener vivas y votos particulares. Por último el Pleno aprueba el texto final y lo envía al Senado.
La tramitación en el Senado arranca con la comparecencia de altos cargos de la Administración en comisión. A continuación, el Pleno acoge un primer debate en el que la ministra de Hacienda presenta el proyecto de ley. Si los grupos parlamentarios han presentado propuestas de veto, estas son debatidas después.
En el Senado, se pueden dar tres situaciones:
– Que los PGE se aprueben sin modificaciones, con lo que directamente se publicarían en el BOE y entrarían en vigor.
– Que se aprueben con enmiendas, con lo que deberán regresar al Congreso para someterse a un último debate.
– Que se veten. En este caso, también tendrán que volver al Congreso para levantar el veto del Senado.
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