El invierno se acerca. Además de ser el lema de la familia Stark, es la sensación que empieza a calar en nuestros huesos y en la vida política. Las terrazas han desaparecido, el skyline de Madrid se satura de los grises de las calefacciones, hemos sacado del armario nuestra ropa de abrigo, trombas de agua nunca vistas en diferentes zonas de la península y la noche nos sorprende cada vez más pronto. No hay debate televisivo sin su tertuliano profetizando el fin de la civilización. Los titulares políticos de radios y periódicos resuenan a partes de guerra: “En el frente del Pacífico los americanos se retiran del Tratado ante la amenaza de convertirse en un desastre potencial. Podemos proclama que Andalucía es una nación. Ciudadanos exige el alto el fuego entre Montoro y De Guindos.”
Han sido dos los hitos que han marcado el advenimiento del frío, en el despacho Oval de la Casa Blanca se sentará Donald Trump y el inicio de la XII legislatura. En La Moncloa los nubarrones se ciernen sobre la tramitación y aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Acostumbrados a una cultura de mayoría absoluta la entrada de un outsider como Ciudadanos enmaraña la clásica competición entre ministerios por monopolizar partidas de gasto y visibiliza de forma descarnada la guerra fría entre Hacienda y Economía. Tras el fallecimiento de Rita Barberá se han desatado incluso sobre algunos aspectos del pacto anti-corrupción con Ciudadanos.
Mientras, en el Partido Socialista la Gestora mantiene congeladas las expectativas de las fechas del futuro Congreso y retira del calor de sus cargos parlamentarios a los díscolos que se atrevieron a votar ‘No’ en la investidura de Mariano Rajoy. Queda por ver si el intento de reconquista que Pedro Sánchez ha empezado en Xirivella (Valencia) es una avalancha o se diluye cuál tormenta de verano. En Podemos las precipitaciones han aumentado considerablemente desde el triunfo del pablismo en Andalucía y Madrid. Iñigo Errejón se propone comenzar las hostilidades, pero las bajas temperaturas que deben hacer fuera del Consejo Ciudadano le obligan a definir los escenarios del choque e incluso si finalmente lo habrá. Teresa Fernández reclama un partido descentralizado sin obediencia a las brumas de Madrid al tiempo que ha pregonado la nación andaluza, donde para ella no hay invierno.
Ciudadanos observa como sus logros políticos se los intenta apuntar mediáticamente el Gobierno, mucho tendrá que luchar para despejar la niebla y que los ciudadanos vean el paisaje real. La primera prueba de fuego del acuerdo con el Partido Popular será el techo de gasto y objetivo de déficit, el primer aviso para observar si el Gobierno cumple con lo prometido al partido de Albert Rivera. Además elegirá nuevo líder a principios de 2017 y todo hace indicar que habrá pugna también en la batalla de las ideas.
Abriendo el mapa meteorológico se producen escalofríos en la Francia que será gobernada por la extrema derecha o la derecha; en Cuba lo que parece atado y bien atado se complica por la tensión con su vecino del norte; y todo aderezado con la absoluta inestabilidad en el clima cuando se ponga en marcha el Make America Great Again.
Este invierno no parece tiempo de costuras…
