Trabajar con Big data en las relaciones institucionales

El mundo está lleno de datos. Mucha información. Que en los últimos años se ha duplicado, quintuplicado, decuplicado… en realidad ni siquiera creo que exista un adjetivo numeral para describir velocidad a la que crece y se multiplica la información hoy en día.

Se suben 20 horas de Youtube al minuto. Se publican 50 millones de tweets al día. Las redes sociales e Internet producen cantidades masivas de datos, de información en tiempo real. Pero todo esto es ‘chatarra digital’. Es el bruto, la base. Ahí está todo. Si te invade tanta información que tu cerebro no es capaz de procesarla ¿de qué te sirve?

La información hay que pulirla, estructurarla para poder transformarla en conocimiento. Elegir variables, parámetros que monitorizar, analizar e interpretar. Cuando consigues canalizar todo esto entorno a tu objetivo, entonces sí, el conocimiento que obtienes es «puro lujo».

Y en eso estamos en Estrategos, aplicando el «puro lujo» a las relaciones institucionales. En este post queremos contaros cómo lo hacemos.

Por supuesto tenemos una herramienta, la llamamos Casiopea.Ella maneja el bruto. Lo amasa y crea un mapa de relaciones comprensible. Registra toda la información que generan los canales digitales y trata de detectar patrones y tendencias.

El primer paso es sentarnos con ella. En silencio, con poca luz y bien concentrados, porque tenemos que construir el universo que queremos estudiar. Hay que Incluir todos los actores a quienes queremos dar seguimiento, introducir los datos a la vez que dejamos que la información entre en el cerebro de Casiopea. En esa fase ella es la protagonista.

La siguiente etapa la lidera la inteligencia humana. Es necesario que un humano lo revise. Pero no sirve cualquiera, sino un técnico especializado. Un analista de inteligencia en asuntos públicos chequea la información: elimina, filtra, añade, corrige, retoca, afina y pule. Es trabajo de días, a veces semanas, pero cuando termina, Casiopea ya no produce información, fabrica «puro lujo».

Pero esto es solo el principio. A partir de ahí empieza la fiesta. Nos llegan alertas, movimientos, patrones, tendencias… imágenes en tiempo real con vida propia que podemos aplicar a la estrategia de nuestros clientes antes de que sean perceptibles en la vida real. Y eso amigos es oro. ¡Oro de puro lujo!Esos datos, ese conocimiento nos permite apuntar. Saber dónde dirigir nuestros esfuerzos. Planificar los tiempos, detectar temas y controlar o contrarrestar crisis. Y lo mejor de todo, poder aplicar inteligencia preventiva (de la que ya nos habló David Alcobendas en un post anterior) en contextos altamente competitivos y complejos.

Contar el trabajo que hacemos con Casiopea es complicado. Hablar de Big Data siempre es difícil. El proceso es largo, técnico y a veces abrumador. Pero en resumen lo que hacemos es elegir la parte de información que nos interesa (la relacionada con las relaciones institucionales), estructurarla e interpretarla para poder obtener conocimiento de primera calidad que sea útil para nuestros clientes. O lo que es lo mismo, programamos Casiopea para que fabrique oro de puro lujo. O al menos, así lo veo yo…

Autora: Amparo Plaza · @AmparoPR