De camino a una reunión me he enterado del triunfo de Donald Trump por un mensaje de whatsapp. No puedo decir que tuviera la certeza de que iba a ganar, pero no me ha sorprendido demasiado porque me he retrotraído al 2004 cuando George Bush ganó su reelección cuando aquí en Europa todos pensábamos que ganaría el partido demócrata.
Pero USA se mueve diferente. Recordemos que el progresista más radical sería considerado casi conservador en España. La cultura política americana es conservadora. Y los republicanos, como afirma el lingüista George Lakoff, han sido siempre más hábiles a la hora de activar los marcos inconscientes de la mayoría utilizando el lenguaje. Es decir de apropiarse de lo que la mayoría piensa. Así lo hizo Geoge Bush en su día y así lo ha hecho Donald Trump. Y digo de lo que la mayoría «piensa», no de lo que la mayoría «dice». Por eso las encuestas no han acertado.
¿Y por qué no dicen lo que piensan? Lo explica perfectamente la teoría de la espiral del silencio de Noelle-Neumann que viene a decir que las personas nos reservamos la opinión cuando detectamos que lo que vamos a decir no está bien visto o aceptado, por lo que se va construyendo un mayoría silenciosa que piense como tú pero que no lo dice por temor a ser marginado.
Eso mismo en mi opinión ha ocurrido con el candidato republicano (y con el Partido Popular en las pasadas elecciones). Donald Trump representa todo lo que la mayoría de hombres quieren ser. Y si no lo dicen es por la espiral del silencio (¡porque les da vergüenza). Un hombre con el poder que te da el dinero, que dice y hace lo que le viene en gana. Que está casado con una chica playboy. Que habla claro y, perdonen la expresión, se la ‘sopla’ todo…
Y esa naturalidad que te da el que te dé todo igual es precisamente lo que lo hace auténtico. Leía hoy que la comunicación política entra en una nueva era, que los esquemas se han roto. Pero no estoy de acuerdo. Trump es el ejemplo perfecto de la espontaneidad y cercanía que premian los ciudadanos hoy en día.
Cumple con la transparencia radical de la que habla Daniel Goleman y que se premia en política y en redes. ¡Un candidato presidencial que ha pasado por un reality show! ¿Se puede ser más del siglo XXI?
¿Políticamente controvertido? Sí y mucho. Pero con mensajes claros y muy simples. Como gustan hoy en día. Posturas muy definidas con las que muchos se pueden identificar.
Un populismo que rompe con la comunicación típica del ‘establishment’ americano. No es el estilo de Podemos, pero la esencia es la misma. Es lo anti todo. Pero con atributos tan bien definidos, que se ha posicionado.
Hoy me viene a la cabeza mi amigo Ángel Martín, un pintor español afincado entre Venezuela y Nueva York, que si levantara la cabeza no podría creer que aquel hombre al que un día le regaló uno de sus cuadros en el Trump Taj Mahal de Atlantic City es hoy el Presidente de los Estados Unidos.
Y por supuesto me vienen a la mente los Simpson que en 2000 ya predijeron que sería Presidente. Y si los Simpson lo dicen… ¡se cumple!
Autora: Amparo Plaza. @AmparoPR
