Hace unas semanas iniciamos una ronda de entrevistas con los mismos del equipo para tratar de esclarecer qué es la inteligencia preventiva, base de nuestro trabajo en Estrategos y que a veces puede resultar un poco difícil de captar. Empezamos la ronda con David (puedes leer aquí su entrevista completa) y continuamos hoy con Amparo.

Ser discreto, prudente y perfeccionista puede ser muy útil cuando trabajas con inteligencia preventivaAmparo, consultora senior de Comunicación, Licenciada en Ciencias de la Información y Licenciada en Ciencias Políticas y de la Administración, tiene muy claro que trabajar la Comunicación y las Relaciones Institucionales con inteligencia preventiva es sin duda, marcar la diferencia.¿Qué es la inteligencia preventiva para ti?

Es una forma diferente de trabajar. Mucho más estratégica. Tratando siempre de ir un paso por delante. La capacidad de anticiparse para ganar tiempo y reaccionar o provocar movimientos.

¿Por qué crees que es útil para una empresa contar con un servicio de inteligencia preventiva?

Yo creo que hoy en día es imprescindible trabajar con inteligencia preventiva. Nos movemos en un contexto de alta competitividad y complejidad, cambiante y turbulento. Ya lo dice el refrán que prevenir es mucho mejor que curar. En el mundo empresarial esto se traduce en un gran ahorro. Con un poco de inteligencia preventiva se pueden evitar grandes crisis, minimizar daños, evitar riesgos o detectar oportunidades. Una consultora que ofrece inteligencia preventiva es un gran aliado, desde mi punto de vista, para cualquier compañía que pretenda liderar su sector.

¿Cuáles crees que son las claves para prestar servicios de inteligencia exitosos?

Tener un buen sistema de inteligencia, con todo lo que ello implica. Dedicar tiempo, esfuerzo y recursos a fortalecer el sistema de trabajo, la red, las herramientas… todo importa. Para poder ofrecer con éxito servicios de inteligencia realmente hay que actuar como una unidad de inteligencia. Y enfocar los procesos y tareas cotidianos sin perder nunca este punto de vista.

¿Qué perfil profesional debe tener la persona especialista en inteligencia preventiva?

En mi opinión ayuda mucho tener un perfil generalista. Es necesario contar con formación. Pero creo que sirven muchas ramas de conocimiento. De hecho, una buena unidad de inteligencia debería estar formada por un equipo. Esa es la clave para el éxito. Un equipo multidisciplinar, capaz de retroalimentarse, rebatirse, mejorarse. Pero en general creo que se requiere un perfil profesional capaz de entender su entorno, con muy buena capacidad analítica.

3 habilidades que pienses que sean útiles para la inteligencia preventiva.

Discreción. Porque al final hablamos de anticiparse, de conseguir información, de crear una red invisible de activos que colaboren contigo y para eso es muy útil ser discreto y prudente.

Perfeccionismo. Hay que ser muy minucioso cuando se trabaja con inteligencia preventiva. No vale todo. Hay que ser capaz de seleccionar aquello que realmente es relevante. Y cuando ya lo tienes, comprobar su veracidad, y  analizarlo, entenderlo, estudiarlo. Y cuando ya está interpretado darle otra vuelta. Solo así se puede pulir información hasta que realmente se convierte en inteligencia.

Instinto. Si no la tienes, esta habilidad se gana con los años, es cuestión de experiencia pero tener instinto puede ser extremadamente útil porque te ayuda a saber dónde enfocar, aunque creo que está muy ligada a una buena base de conocimiento del sistema en el que te mueves.

¿Puedes poner algún caso de éxito donde la inteligencia preventiva haya sido clave?

Hay muchos aunque casi todos los que me vienen a la mente son confidenciales. Son casos reales de clientes y les pondríamos en un compromiso al contarlos pero sin decir nombres recuerdo en una ocasión que detectamos que una de las acciones, dentro de la estrategia institucional, de un competidor de uno de nuestros clientes era lanzar un mensaje falso sobre nuestro cliente en las reuniones que ese competidor iba cerrando con los diferentes cargos públicos. Nuestro cliente, que mantenía una relación cordial con su competidor, no tenía ni idea. Esto le permitió cambiar su estrategia respecto a la competencia. Y nos lo agradeció mucho.